viernes, 27 de septiembre de 2013

“Mango, Barbas y Cohetes: POND".

Reseña de “Pond - Hobo Rocket / Modular People, 2013”




Lo que pasa con las cosas grandes es que cuando las dejas caer, explotan, como lo hace Pond desde la primer nota de su más reciente material titulado “Hobo Rocket”.

Lo curioso de esto es que los chicos de Pond no son precisamente considerados como algo ‘grande’ ante los medios musicales alrededor del mundo, ellos serian la sombra de los que supuestamente lideran está increíble ola de bandas lo-fi que han salido de Perth, Australia en los últimos años, el famoso proyecto solista de Kevin Parker ingeniosamente disfrazado como agrupación, Tame Impala.

A voz del frontman, Nick "Paisley Adams" Allbrook, Pond fue la primer banda en destacar a nivel local gracias a su particular sonido de rock espacial progresivo-psicodélico y sus melodías tanto tersas como desgarradoras (bien podrías pensar que el vocalista es una niña vagabunda de 9 años con la garganta destrozada por ingerir tanto alcohol).

En el momento que pulsas ‘play’ estás condenado a pasar los 30 minutos más largos de tu vida en un viaje desde el viejo sofá de tu mamá hasta el fondo cósmico del espacio y de regreso, algún psicotrópico no te vendría nada mal ahora mismo.

El álbum comienza con una gran explosión, “Whatever Happened to the Million Head Collide” se parte en pedazos miles de veces, tantas que no tienes oportunidad de reunir todas las piezas y dar un veredicto, sólo sabes que desde el principio te está encantando cualquier cosa que puedan estar haciendo con tu cerebro en ese momento, todos tus movimientos son liderados por la bipolar voz de Nick y cada movimiento va perfectamente marcado por los ritmos cambiantes de la batería y ese “chtt chtt” que tanto repiten a lo largo del disco. Definitivamente los seguidores de la banda tendrán un sabor de boca muy familiar y agradable hasta este punto, pero también se sentirán reconfortados por percibir un gran crecimiento en el sonido de la banda, cada vez más cercano a su objetivo de desarmarte y reprogramarte como esclavo de ‘la charca’ de ahora en adelante.

En “Xanman” Pond hace lo que Nirvana con “About a Girl”, un momento universal y objetivamente agradable para que cualquier forma de vida terrestre pueda tomar unos audífonos y unirse al viaje hacia el fin de los tiempos, un gran sencillo con bajos potentes muy a la Jack Bruce y con estribillos desequilibrantes como ya es sello particular de los australianos (Alto-Bajo-Alto-Bajo-Rápido-Lento-Rápido).

Al principio de la tercera canción alguien entre el alboroto pide silencio (pareciere que estuve ahí), toma su guitarra acústica y comienza a tocar , pero para sorpresa de todos, estamos ya muy lejos de casa, más allá del ruido de todas las frecuencias de radio jamás emitidas por el hombre desde el invento del mismo, Dharma se le llama al principio del orden cósmico del universo, para los Budistas seguir el Dharma los llevará por el sendero de la verdad absoluta, la tercer frontera que cruzamos en nuestro camino lleva por nombre “O Dharma”. Coros angelicales y la voz más dulce que ah podido entregar Nick hasta la fecha se entrelazan perfectamente con suaves riffs de bajo y guitarra para aterrizar en una de las estrellas más brillantes jamás descubiertas en la carrera de estos australianos, está canción bien podría ser el séptimo track de Meddle o el trigésimo primero de The White Album, podría ser la canción con la que hubieras querido nacer o con la que anhelas morir pero antes de que tomes tu decisión todo cambia de dirección, de nuevo, con una cortina cósmica de ritmos lentos y ligeros llantos de sirena al fondo, Pond aterriza en 5 minutos lo que para mí es el resultado de 5 años de vagar por el infinito buscando algo de lo que valga la pena hacer arte, encontraron en el fondo cósmico del universo la mejor cereza para su pastel de mango, barbas y cohetes.

Y cuando estás hasta arriba, hasta la cima de todo, ninguna caída puede ser mala y tienes que disfrutarla, mientras bajas 874030 veces más rápido que el sonido puedes preguntarte ¿qué escucharás? Seguramente es “Aloneaflameaflower” es como caer a esa velocidad y detenerte cada compás a admirar que tan poco conoces todo, y peor aún, que tan poco te conoces a ti mismo, es aterrador y encantador, ojalá todos los miedos sonaran tan bien. Rápida y con el tempo perfectamente alborotado en sus momentos lentos, es el soundtrack de ese “ver la vida en un segundo” del que todos hablan antes de morir.

“Giant Tortoise” te sirve de guía para recuperar el sentido, fungiendo como segundo sencillo del álbum, una refrescante bocanada de realidad ante el inevitable final. Terminando el intro parece que explotarás de nuevo, y no (ya deben estar acostumbrados a estas alturas), sólo una guía de teclados te transportan lentamente por un mar de tonos cálidos a estribillos pegadores para terminar la canción con un outro muy ácido y saturado.



Cowboy John es un compositor callejero, diagnosticado demente y recluido durante 20 años en un hospital psiquiátrico, el es un personaje muy inesperado en la realización de esté álbum, sin embargo,  acompañó a la agrupación en varias grabaciones y pequeños conciertos locales (según Jay Watson, incluso durmió con ellos). La sexta y penúltima canción del álbum es un homónimo del mismo, donde Cowboy John avienta tremendo palabrerío aguardentoso encima de una base de baterías y bajos cambiante con guitarras más estridentes en una atmosfera que se siente cada vez más terrestre, estamos en casa.

La última canción, “Midnight Mass (At the Market Street Payphone)”, suena a un cúmulo de las emociones experimentadas a lo largo del disco, sin tener una base, riff o coros y derramando todo lo que quedo al fondo de la botella casi seco. Hay un pequeño bend que podría hacerte mojar los pantalones si lo escuchas a media noche en medio de algún bosque pantanoso, ahí se detuvo todo, en un pantano de puentes cósmicos tan agradables como el viaje en sí, la esencia en tu estomago de que todo acabó pero que no puedes esperar porque comience de nuevo y un crescendo que va perdiendo el control para despedir este pequeñísimo LP.

Los integrantes de la banda son tan cambiantes como el sonido, por lo regular son:

- Nick "Paisley Adams" Allbrook // vocales, flauta, teclado y guitarra.
- Jay "Wesley Goldtouch/Wirey B. Buddah" Watson // guitarra, bajo, teclado y coros.
- Joseph "Shoseph Orion McJam" Ryan // guitarra, bajo y coros.
- Jamie Terry // bajo.
- Cam Avery // batería.



La banda está grabando ya su sexto trabajo de estudio titulado “Man, It Feels Like Space Again” que será publicado de nuevo bajo la casa discográfica, Modular People.

A continuación les dejamos el link donde podrán escuchar de forma gratuita este gran y recomendable disco.



The Planet Telex en colaboración con Román Beltrán.
Revisión hecha por Humberto Santamaría. 


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